Siempre es una grata noticia enterarnos de un lanzamiento musical de factura totalmente pampeana y saber que nuestros músicos tienen la llama encendida. Hoy celebramos que el álbum “Gagarin” de  Alberto Acosta ya es una realidad.

Este material pone a nuestra disposición una colección de diez temas de sorprendente sonido, bajo un cuidado trabajo de autoproducción, en el que Acosta apostó por lanzarse a la aventura de tocar todos los instrumentos y aprender a manejar nuevos programas de grabación.

Quisimos conocer algunos aspectos de la cocina de esta nueva producción que pasa a enriquecer el acervo musical pampeano. Con este fin entrevistamos a su autor para descubrir cómo fue el nacimiento de su proyecto en pleno confinamiento y sus inspiraciones, entre otras cosas.

-¿Recordás cuándo te interesaste por primera vez en la música?

Es muy difícil recordar un momento exacto. Crecí en un hogar muy musical, mi padre tocaba bastante bien el piano y la guitarra, y mis cuatro hermanas mayores habían ya iniciado estudios musicales cuando comencé a tener uso de razón. Todos, en mayor o menor medida, terminamos aprendiendo a tocar ambos instrumentos, creo que en mi caso fue la guitarra la que primero me llamó, debo haber tenido seis o siete años. Y, por cierto, en casa se escuchaba mucha música, de todos los géneros.

- ¿Cómo fue el momento en el que decidiste embarcarte en este proyecto del álbum?
Este proyecto estaba en ciernes desde mi anterior disco, "Romanticismo tardío", que ya llevaba diez años de editado. Pero no encontré la ocasión hasta que, durante la pandemia, con todo el tiempo del mundo y con todos los instrumentos y medios técnicos a disposición, no tuve más pretextos. Todo empezó más que nada como un intento de aprender a manejar los programas de grabación multipista o DAWs: comencé de a poco, grabando temas propios, cosa que parecía lo más razonable. En determinado momento me di cuenta que había una obra allí, y que debía completarla con ese mismo espíritu de aislamiento y soledad. En determinado momento le mostré el proyecto a mi profesor Mauricio Ponce, quien me sugirió una serie de agregados, y terminó ocupándose de la posproducción, la mezcla y la masterización. Y cuando apareció la imagen increíble que generó Griselda Carassay, se completó un todo estético que me tiene bastante contento.

- ¿Qué bandas o artistas señalarías como referentes a la hora de haber dado con la tecla del sonido que te define?
Mis influencias son demasiadas para nombrarlas a todas. Mi interés principal es la canción, y supongo que puede trazarse una línea allí que empieza en el jazz, sigue por Los Beatles, la música brasileña (especialmente Caetano Veloso) y el rock argentino, en particular Luis Alberto Spinetta. En este disco en particular, atendiendo a una sugerencia de un amigo músico, Carlos Francingues, me concentré en un sonido acústico, evitando casi por completo los instrumentos eléctricos, pero con un toque de electrónica para enriquecer la experiencia.

- Me sorprendí cuando vi que habías hecho todo el trabajo prácticamente solo y tocaste todos los instrumentos ¿Cómo fue el proceso creativo y la fase de grabación?  

Tengo unos cuantos instrumentos en casa, ninguno de los cuales toco con la solvencia que querría, pero "los hago sonar", y me sirven como aporte tímbrico a la hora de crear, en el estudio, una pintura sonora. Los fui incorporando a medida que tenía la necesidad de algún detalle, tratando en todo caso de que se justifique, no buscar sólo lo exótico. Poner un sitar dentro de un bolero, por ejemplo, es algo que si no hacés con un poco de cuidado, puede resultar desastroso. Después de terminar me di cuenta que quedaron un par de instrumentos sin usar, como el cuatro venezolano o el tres cubano, ya lo hablé con ellos y me esperarán hasta el próximo álbum.

- ¿Cómo influye el hecho de ser escritor en tu universo musical?

Ser escritor y músico me planteaba un dilema, el de si no debería dedicarme sólo a una de esas actividades para intentar un mayor nivel de solvencia. Pero en determinado momento advertí que Chico Buarque también hace canciones y novelas, así que bueno, ese sería mi referente en esa dualidad. La literatura en general me inspira a componer, me gusta mucho musicalizar textos ajenos. Y, en cuanto a mis propias canciones, creo que voy aprendiendo que existe una diferencia muy grande entre una poesía y una letra de canción, por la cadencia y la tímbrica que ésta requiere.

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- En las letras hay alusiones a nuestro entorno, pero también sobrevuelan otros temas. ¿En dónde o en qué encontraste inspiración?

Las letras son de períodos muy distintos, así que hay mucha variedad de fuentes. Muchas veces me inspiro, o uso como pretexto, las sensaciones que me dejan otras obras de arte, como el cine por ejemplo: "La crueldad de la promesas", sin ir más lejos, es un guiño a "Ultimo tango en Paris". También hay mucha cita literaria, de la Biblia, de Truman Capote, de Empédocles. Y cita a otras canciones, como "Inútil paisaje" de Tom Jobim.

- ¿Por qué decidiste llamarlo “Gagarin”?

Lo de "Gagarin" va por la canción que elegí para iniciar el álbum, que parte de la fascinación con ese personaje, el primer ser humano en viajar por el espacio. Ahí el tema central, como el de muchas películas del espacio como "2001", es esta idea de que no importa cuán lejos nos vayamos, siempre llevaremos con nosotros nuestra humanidad, nuestros conflictos.

- ¿Pensás hacer alguna presentación en vivo?

Hay como una demanda de que se haga una presentación en vivo, que yo originalmente no preví, porque se supone que es una obra de pandemia, un producto de estudio. La cantidad de instrumentos que hay plantea un dilema, cómo hacer funcionar todo eso en un contexto en vivo. Supongo que algún compromiso habrá que hacer, veremos. De momento la clave, me parece, es encontrar a los socios adecuados, o mejor dicho, cómo organizar el trabajo de los músicos amigos que podrían participar, que por suerte los hay en abundancia, tanto de número como de talento. Seguramente estarán mis compañeros de Umami, Jorge Rodriguez y Carolina Crawley, a quienes les debo una gran cantidad de ideas en los arreglos de estas canciones.