Por Gisela Colombo

Interestelar” es un film de 2014 que constituyó un hito en el ámbito de la Ciencia ficción. Se trata de una obra de Christopher Nolan,

Grandes actores han dado vida a los personajes: Matthew McConaughey, Anne Hathaway, David Gyasi, Jessica Chastain , Matt Damon y Michael Caine. El director, que destaca en el ámbito del futurismo y la fantasía distópica, aquí, exhibe una capitalización de su experiencia artística este fue su octavo film– y se permite exponer preocupaciones que nos aventuran a las teorías astronómicas de la física cuántica. Cuestiones que se abordaron durante todo el siglo XX y aun en el XXI.

El argumento tiene un punto de partida que refleja el carácter extremo, pesimista y distópico del mundo en que vive una familia. Sin embargo, ellos encarnan un problema generalizado. La tierra está extinguiéndose. Un polvo insalubre lo cubre todo. No parece haber más actividad que la del agro. Y las enfermedades respiratorias son, prácticamente, una promesa de muerte inevitable a mediano plazo. Pronto sabremos que Cooper (McConaughey), piloto y antiguo astronauta, vive con sus dos hijos menores, un adolescente y una niña.

Cierta entidad secreta, con todo el aspecto de esas dependencias crípticas que se sospechan parte de los Estados hegemónicos, lo contacta y atrae, por medios, quizá, cuestionables. Lo que resulta en que le revelen que el propósito es reclutarlo para una tarea esencial: buscar otro sitio donde la humanidad pueda instalarse. Todo es extremadamente reservado, porque los habitantes de la Tierra ignoran el inminente destino apocalíptico del planeta. Lo cierto es que ponen a Joseph Cooper en un intríngulis. Se debatirá entre abandonar a sus hijos, con un propósito incierto que los salvaría, junto al resto de la humanidad, si es que logran hallar el sitio indicado para la sobrevida en otra galaxia. Y, por el otro, si rechazar la misión y quedarse apegado a sus hijos, al mismo tiempo que aceptaría la muerte inevitable de toda vida en el planeta. Entre las autoridades de esa entidad pro-humanidad está un científico consagrado, es el ideólogo de la travesía. Su hija Amelia (Hathaway), también investigadora, será parte de la misión.

El tema de la obra es, aunque parezca mentira, el amor. El amor como motor de toda proeza. Los agujeros negros, las aventuras espaciales, el desembarco en distintos planetas, la incongruencia temporo-espacial y una serie de elementos que dejan la sensación de ser para entendidos, manifiestan algo más simple que eso. Una evidencia que, por su condición de universal, no requiere comprobación.

Las dimensiones montadas sobre un mismo punto y, sin embargo, sólo perceptibles para unos pocos, se enhebran con un hilo que es el amor. Y también explican científicamente las apariciones sobrenaturales de fantasmas, y las señales inexplicables para nuestra física tradicional.

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El film es un hallazgo, no sólo porque se atreve a un tema muy difícil de ofrecer a quienes no conocemos la física cuántica más que rudimentariamente. Además vence la distopía y propone una explicación complementaria pero mucho más profunda a la que explica el origen del Universo por medio del Big Bang, donde no sólo la física se aviene a cuestiones materiales, también penetra el misterio del tiempo. El resultado es excelente si el espectador no renuncia por la complejidad del asunto. Al final, sin omitir la dificultad característica y sin reducir demasiado el tema, finalmente el espectro emocional reduce los vericuetos laberínticos de la razón y la ciencia y los convierte en algo simple, fácilmente perceptible y, en fin, evidente.