La muestra presenta una selección de obras que reflejan las distintas etapas de la trayectoria del pintor: desde sus estadías en el extranjero hasta sus vivencias en Buenos Aires.
La exposición temporaria “Prilidiano Pueyrredón. Un pintor en los orígenes del arte argentino”, que reúne más de 40 obras del artista para celebrar el bicentenario de su nacimiento, se inauguró el jueves pasado, 23 de noviembre, en el Museo Nacional de Bellas Artes ubicado en la ciudad de Buenos Aires.
Podrá visitarse hasta el 25 de febrero de 2024 en las salas de la planta baja del Museo, de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.
Con curaduría de las investigadoras del Museo Florencia Galesio, Paola Melgarejo y Patricia Corsani, la muestra presenta una selección de óleos y acuarelas, en su mayoría de la colección del Bellas Artes, que reflejan las distintas etapas de la trayectoria de Pueyrredón: desde sus estadías en el extranjero hasta sus vivencias en Buenos Aires, y el impacto de estas experiencias en su producción.
“En los últimos años, el Museo Nacional de Bellas Artes ha desarrollado una serie de exposiciones dirigidas a revisar las primeras experiencias estéticas que delinearon en el siglo XIX una producción artística de carácter local. Esto ha permitido también examinar desde nuevas perspectivas la vasta colección de arte argentino de aquel período que alberga la institución. Con ese espíritu, presentamos la muestra dedicada a Prilidiano Pueyrredón, autor de piezas icónicas del patrimonio del Bellas Artes, como el ‘Retrato de Manuelita Rosas’ y ‘Un alto en el campo’”, destacó el director del Museo, Andrés Duprat.
La muestra "es el resultado de una investigación impulsada por el Museo en torno a un artista cuya vida y obra continúan teniendo aspectos inéditos y originales aún por estudiar y, además, propone una nueva mirada sobre la labor de Pueyrredón como pintor, poniendo el eje no solo en su producción, sino también en todas las actividades que llevó a cabo para posicionarse como un artista completo y formado”, señalaron las curadoras.
Viajero infatigable, Prilidiano Pueyrredón (1823-1870) se formó en Europa y, de regreso a Buenos Aires, estableció sus talleres, donde, como pintor profesional, trabajaba, mostraba su arte y enseñaba el oficio a sus discípulos. A esta misión pedagógica y a la práctica en el atelier, incorporó el interés por dar a conocer su obra en los medios gráficos de la época, además de exhibirla en espacios todavía informales.
Debido a que su padre, el General Juan Martín de Pueyrredón, había participado de las luchas por la Independencia, Prilidiano tuvo una relación cercana con los principales personajes de su época, que se transformaron en los comitentes de sus pinturas, en especial de los retratos. También pintó los diversos paisajes que recorrió, vistas europeas y la costa bonaerense, además de escenas de costumbres, donde representó personajes típicos, lavanderas, pescadores, y al gaucho en un amplio repertorio de tradiciones rurales.
Los ejes temáticos de la exposición
El primer eje temático de la muestra es “Costumbrismo/tradición” donde se presenta la pintura costumbrista, para la cual Pueyrredón tuvo numerosos encargos. Esta temática está vinculada con las tradiciones locales, que representó a la acuarela y al óleo, en pequeños formatos. También se muestran sus grandes óleos, en general apaisados, donde desarrolla motivos del campo y destaca la inmensidad de nuestra pampa.
En el segundo eje, “Un pintor profesional”, se presenta la práctica artística en el taller y su actividad como maestro. Para transmitir su técnica y estilo a sus discípulos, Pueyrredón les pedía copias de sus propias pinturas de costumbres en pequeño formato. Además, a través del grabado, y con la ayuda de sus alumnos, el artista buscó dar a conocer sus pinturas en los medios gráficos de la época. Este sector también incluye obras de alumnos como Fermín Rezábal Bustillo y Nicolás Granada en torno a la Guerra del Paraguay (1865-1870).
“Los retratos y el círculo del artista” repasa ejemplos del género con el que Pueyrredón obtuvo prestigio y reconocimiento. Las personalidades que representó en sus pinturas conformaron una clientela fiel y estable, con la que tenía lazos familiares, de amistad o profesionales, y compartía los círculos sociales. Fueron quienes validaron su obra, la exhibieron y la atesoraron, y también permitieron legarla a la posteridad, como el aporte del artista al archivo de la identidad argentina.
“Los viajes: América y el Grand Tour europeo”, por su parte, refleja el interés de Pueyrredón por la naturaleza a través de los paisajes, unidos estrechamente a sus viajes de formación. Se presentan las acuarelas que el artista realizó en su etapa de juventud, en Brasil y Europa, durante sus largas estadías cuando estudiaba arquitectura mientras alternaba con la pintura.
Por último, “La costa y las afueras de la ciudad” recupera los recorridos por la costa de San Isidro, donde vivió tras regresar al país. La pintura al aire libre en formato pequeño evidencia que Pueyrredón capturó la esencia de aquellos lugares donde residió o a los que visitó, como los bosques de Palermo y las riberas del Río de la Plata y del Paraná.
La exposición, que se inauguró el jueves pasado, podrá visitarse hasta el 25 de febrero de 2024 en las salas de la planta baja del Museo, de martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20, con entrada libre y gratuita.
El Museo Nacional de Bellas Artes, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación y cuenta con el apoyo de Amigos del Bellas Artes, está ubicado en Avenida del Libertador 1473, de la ciudad de Buenos Aires. (Fuente: Telam)