Por Gisela Colombo

No me rompan” es una comedia argentina estrenada en streaming durante 2023 que narra la historia de dos mujeres cuyo estrés, que se manifiesta en estilos de vida muy diferentes, las lleva a desarrollar cierto trastorno de ira.

Ángela Trigal (Carla Peterson), una actriz que acaba de ser abandonada por novio, incurre en un acto de violencia, quemándole la mano con una planchita de pelo a su ex. Todo ocurre en el piso del programa de chimentos, en un corte, después de enterarse al aire de que su ex (Esteban Lamothe) espera un hijo con otra mujer. De más está decir que el cálculo de las fechas no cierra sin una infidelidad.

Por otro lado, Vera Lombardi (Julieta Díaz), casada, con dos hijas pequeñas, se reparte entre la crianza y un emprendimiento de cremas orgánicas y cosméticos naturales, al tiempo que prescinde contra su voluntad de cualquier auxilio de su esposo. Un olvido del padre obliga a Vera a salir de una capacitación improvisadamente para llegar a buscar a sus niñas al colegio. La necesidad de recibir explicaciones las lleva a las tres a la oficina donde trabaja el padre. Al llegar, encuentra a su ex novia del secundario, convertida en una mujer atractiva que oficia de nueva jefa. Los comentarios de Paola Blejer (Claudia Fernández) y el intercambio de miradas y mensajes sugerentes entre la jefa y su marido la enfurecen al punto de llevarla a arrojar una crema de su producción violentamente.

Esta locura momentánea convoca a ambas protagonistas, Ángela y Vera, a la sesión de un grupo de autoayuda, donde intentarán aprender a canalizar la violencia saludablemente.

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Hasta aquí, la gracia. Lo que sigue es la complicación de los conflictos: una causa penal para Vera por daños que su crema no pudo causar, la intervención de un abogado oficial, y las desavenencias maritales. Y, por otro lado, la aparición de un cirujano plástico que contrata a Ángela para que sea la cara de su nuevo procedimiento. Médico que la seduce sin tener un genuino interés romántico. La resolución será bastante tópica para el género de la Comedia pero lavada, desdibujada, obvia, además de inefectiva.

No fallan las actrices. Sus actuaciones son, como suele ocurrir con Díaz y Petersen, hasta graciosas. Cecilia Dopazo, como conductora de un magazine televisivo de chimentos, defiende muy bien su rol. El elenco en general hace bien su trabajo. Solo desentona el actor que interpreta al cirujano. Se aventura en un acento extranjero que no consigue mantener en todos sus parlamentos. Curioso para la cantidad de actores extranjeros disponibles en nuestra Argentina actual, y en la globalizada industria del entretenimiento. La participación de Fito Páez y Nancy Dupláa son, en el mejor de los casos, anecdóticas por lo meteóricas que resultan.

El problema no está allí sino en la dirección y el libro, que parecen el producto de un novato. Planteados los nudos, la resolución oscila entre una impronta casi escolar y la fórmula remanida de la comedia liviana. En efecto, pasada la presentación de los personajes, el film no divierte, no interpela, ni conmueve. Y el entretenimiento se escurre entre los dedos del espectador, inexorablemente.