Este viernes 3 de junio, a las 18 horas, se inaugurará la muestra de técnica mixta y collage “Mi propia Mejora”, de Ana Carolina López Lavoine, en la Galería Alfredo Olivo.

“Esta exposición es una selección de obras realizadas a lo largo de 2019 y 2021 en las que intenté vincularme con el arte visual desde mi mundo interior, cuando las palabras escritas cesaron. Miles de papeles recortados, unidos y entrelazados crearon un número considerable de obras que me asombraron, por lo que dio a luz un tema en mis adentros que floreció y quiso salir“, dice la autora. 

La muestra quedará instalada por el transcurso de un mes, y podrá ser visitada de lunes a viernes en los horarios de 8 a 13 y de 16 a 20 horas. 

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Sobre la expositora

Ana Carolina López Lavoine nació en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa en diciembre de 1970 y vivió en su ciudad natal hasta la fecha.

Ejerció por veinte años la docencia en nivel inicial y primario y trabajó tanto en ámbitos estatales y privados. Con 38 años comenzó a incursionar en la literatura y fue tallerista durante una década en la Asociación de Escritores Pampeanos.

Cerca de sus 50 años, ante una necesidad de cambiar las palabras escritas por otra forma de expresión, se atrevió a desarrollar obras con técnica mixta y collage. Realizó más de treinta obras en el año 2019, hecho que la decidió a capacitarse y a inscribirse en el Crear para realizar la Tecnicatura de Artes Visuales carrera que actualmente cursa su tercer año.

En sus obras el tema recurrente es la Mujer y se destacan por la variedad de color y sus fondos completos con estilo horror vacui. Otra característica de sus collages es la cantidad de contenido con lo que se puede desprender la imaginativa literaria plasmada.  Su influencia artística se basa en dos grandes artistas como Felipe Yuyo Noé (argentino) y Antonio Frappa (mexicano). 

En su familia su madre estuvo vinculada con diferentes técnicas de pintura, arte francés, cerámica, óleo y acrílico, entre otras. Por otro lado, su tía paterna es una reconocida artista plástica de la ciudad a quien Ana Carolina contempló sus procesos de obras desde pequeña. 

Su pasión por el arte lo dedujo en cada visita a los museos locales, nacionales o del extranjero, admitiendo que las horas se esfumaron con facilidad y aspiraba siempre a volver por más.