*Por Gisela Colombo

“Machos Alfa” es una serie española estrenada los últimos días de diciembre de 2022 que hoy está disponible en Netflix como un suceso inesperado. A tal punto ha tenido éxito que se ha decidido continuar en una segunda temporada.

Los hermanos Caballero, Alberto y Laura, son los creadores, directores y guionistas de la tira. Escriben con ellos Daniel Deorador y Araceli Álvarez de Sotomayor.

La serie posee diez episodios de aproximadamente cuarenta minutos cada uno.

Se trata de la historia de cuatro hombres de mediana edad ̶ Pedro (Fernando Gil); Raúl (Raúl Tejón), Santi (Gorka Otxoa) y Luis (Fele Martínez) ̶ que, de un modo u otro, se sienten víctimas de los cambios culturales ligados al empoderamiento femenino. ¿Quiénes son la contrapartida de esos hombres en la guerra de los sexos textual? Daniela (María Hervás), Luz (Kira Miró), Esther (Raquel Guerrero) y Paula Gallego (Álex). Además María Castro, Cayetana Cabezas, Santi Millán, Nathalie Seseña, entre otras, irrumpen en el relato con papeles menos protagónicos.

Pedro, productor ejecutivo de la industria de medios de comunicación, es desplazado por una mujer que desembarca en la empresa y se queda con su puesto. La autoestima montada completamente en los privilegios laborales de la que es dueño Pedro entra en jaque. El segundo pilar de este conflicto es Daniela, su compañera, joven aspirante a influencer o “creadora de contenidos”, que lleva viento en popa un proyecto meteórico de volverse viral y vivir de los réditos del canje y la publicidad.

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Frente al derecho patrimonial del hombre tradicional sobre sus parejas, aquí vemos a Luz, una abogada de familia, completamente escéptica respecto a la monogamia, proponiéndole a su novio virar hacia una pareja abierta. El desconcierto de él amplifica una concepción perimida por medio de los comentarios de terceros que lo consideran “afortunado” por haber recibido esa propuesta.

Es que aquí son las mujeres las que reclaman mejor desempeño erótico de sus parejas, contrariamente a lo que habría sucedido con personajes de antaño, varones sexualmente insaciables que asediaban a las mujeres que se mostraban huidizas. Otra de las parejas echa luz sobre este asunto cuando cierta disfuncionalidad del esposo repercute en la vida sexual y finalmente en la salud vincular del matrimonio.

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El cuarto hombre, Santi, sufre los efectos de haber sido abandonado por su esposa y, a instancias de su hija adolescente, se inscribe en Tinder y comienza a ser esclavo involuntario de citas acordadas en la plataforma que le resultan antinaturales y desestimulantes. Su ex mujer aparece allí como una tóxica defensora del empoderamiento femenino animado por un resentimiento que lo tiñe todo de malas intenciones masculinas.

Algunos asuntos como la “gordofobia”, la homofobia, el snobismo, la cultura swinger el alcoholismo y otras cuestiones sociales también se dan cita en esta serie que suscita la reflexión sobre la realidad que nos toca.