*Por Gisela Colombo

“Medianoche en el Pera Palace” es una serie cuya primera temporada fue estrenada en una plataforma popular de streaming durante marzo de este año. Se trata de una superproducción turca de ocho episodios, que duran alrededor de cincuenta minutos cada uno.

El título que se le ha dado en español para Latinoamérica permite inferir una relación con “Medianoche en París”, de Woody Allen. No sería extraño. El tono de la tira reproduce un poco el que logra el director estadounidense. Allí también aparece un salto temporal que sufre, sin quererlo, el protagonista.

En realidad, la tira filmada en un hotel de lujo emblemático de la ciudad de Estambul, que alguna vez se llamó Constantinopla, sondea temas tópicos de la ciencia ficción: los viajes en el tiempo, la posibilidad de intervenir en un pasado que cambia el presente o el futuro, el permanente “efecto mariposa”, y el interés altruista o patriótico por conservar la historia tal cual se dio. Todo ello en riña con la posibilidad de que algunos de los personajes más cercanos pierdan la existencia y jamás nazcan. Y, por añadidura, las consabidas bifurcaciones del destino, de las conciencias y de las realidades alternativas que conviven en la virtualidad de lo no realizado.

Si esta obra recrea algo del ir y venir entre las intervenciones en el pasado y sus consecuencias cada vez más negativas, que ya había abordado el famoso film de “El efecto mariposa”, también puede adivinarse entre los productos inspiradores de esta producción la serie “El Ministerio del Tiempo”. La española juega con el absurdo de la burocracia gubernamental metiendo mano en los hitos históricos. Por ende, se enfoca en la alternancia de épocas diferentes y logra mayor diversidad y sentido histórico, no sólo en los hechos recreados, sino también en vestuarios, locaciones y actuaciones. A pesar de los parecidos, el género no es el mismo. Mientras la tira española es una comedia y la hilaridad prima ante la crítica social, aquí la dinámica es la de un drama que, más allá de las circunstancias políticas que describe, siempre se ve desde el tamiz de la experiencia emocional de la protagonista, llamada Ezra (Hazal Kaya).

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La historia cuenta que una joven de nuestro tiempo, dedicada al periodismo, recibe la orden de hacer una nota sobre el tradicional hotel “Pera Palace” de Estambul, sitio protagonista de varios episodios centrales de la historia turca. Lo que encuentra allí no son documentos apócrifos sobre la política internacional, pruebas de negocios espurios de los ingleses durante su dominación, registros del tráfico de armas que operó por esos años entre la resistencia local al poder británico, ni nada parecido. En cambio, Ezra, con ayuda de Ahmet, el conserje del hotel, descubre accidentalmente un portal que, desde una habitación se abre a otras regiones de la temporalidad.

La habitación en cuestión es la misma que utilizó la escritora de policiales, “Ágatha Christie”. Allí, según revela el personaje del conserje actual, fue escrita “Muerte en el Expreso de Oriente”. La intertextualidad parece irrumpir y copiar el mecanismo con otras obras del cine y la televisión.

Todas estas referencias tampoco privan a la serie de referir circunstancias históricas efervescentes similares a las que otros productos de la industria otomana han recorrido desde la ficción. Ejemplo de ello es “Amor en Guerra” o “Sura y Seyit” que pone el foco en los sucesos de la dominación inglesa también.

El resultado es bueno, entretenido y liviano, a pesar de la promesa de género dramático.

Y verlo es un modo de visitar otras tantas obras artísticas, literarias, teatrales o televisivas que han valido la pena sobradamente. En fin, conviene darle una oportunidad a “Medianoche en el Pera Palace”, como un modo de entretenimiento efectivo.