* Por Gisela Colombo
“Fuimos canciones” es una película ofrecida por streaming, creada en España a partir de un libro de Elisabet Benavent llamado “Canciones y recuerdos”, un bestseller que habría vendido más de tres millones de ejemplares.
La película fue estrenada en Netflix durante el mes de septiembre de 2021.
Se trata de una comedia romántica que sondea el asunto de las relaciones amorosas pero tiene su énfasis puesto en el vínculo de tres amigas. La protagonista, “Maca” –encarnada por María Valverde– interactúa con Jimena y Adriana.
El desencadenante del conflicto, no obstante, es la aparición de “Leo” (interpretado por Alex González, que prestó el cuerpo a varias producciones de éxito como la serie “Vivir sin permiso” y antes, la taquillera tira de “El príncipe”). Pronto se nos revela que Leo es un exnovio de Maca que, a punto de mudarse con ella, le hace señar un departamento y luego huye subrepticio hacia otro país donde recibe una beca para cursar el postgrado en Literatura.
La heroína ha quedado tan dolida con ese final abrupto que, cuando descubre a Leo, años después, en una fiesta organizada por su empleadora, reacciona incómoda y siente reabrirse las heridas que él dejó en ella. Leo, en rigor, está allí porque es la “pareja” de una influencer. Maca trabaja para otra de esas reinas de internet que tiene todos los defectos propios de quienes viven muy salidos de sí mismos. De modo que la protagonista sufre un maltrato y los efectos de un ámbito consumista y vacío, si los hay. Pero al irrumpir ese viejo amor y desordenar sus ideas comienza a notar con mayor claridad un descontento que hacia el final se traducirá en un viraje laboral grande. Mientras, los frágiles contactos entre Leo y Maca alternan con los asuntos amorosos de su amiga Jimena, soltera y fóbica, a quienes sus amigas y hermanas le contratan un actor para que se haga pasar por un tercero y finja enamorarse de ella. No obstante, esta adolescente eterna se deja enamorar por un fisioterapeuta del que huye cuando descubre que tiene un hámster, por absurdo que parezca. Entretanto, Adriana, casada con un hombre que no la toca, intenta un trío que trae consecuencias “inesperadas”, o pretendidamente inesperadas en virtud de la inefectividad del recurso.
Fuera de los ambientes agradables, los vestuarios atractivos y un guapo protagonista, la película es un permanente ejemplo de lo difícil que puede ser contar una historia graciosa por medio de una fórmula probada y estereotípica. Las críticas a los libros de Benavent corren distinta suerte por parte de sus lectores. Y este asunto indigna aún más a quienes, sintiendo cierto fanatismo por esta literatura, vieron la versión llevada al cine. Los personajes no acaban de hacernos creer sus personalidades, no generan empatía y tampoco escapan a los lugares comunes propios de este género.
Su Directora, Juana Macías, erra junto con la guionista que adaptó la obra de Benavent, y el film no acierta ni siquiera como una propuesta sedentaria en tarde de lluvia.