* Por Gisela Colombo

Las producciones de origen español nos tienen acostumbrados a un nivel más que satisfactorio. No obstante, últimamente se ha estrenado un film llamado “La Jefa”, que ha hecho ruido entre las ficciones más frecuentadas durante las últimas semanas en algunas plataformas de streaming.

Y en este caso, con producción hispana, elenco vernáculo con la excepción de una actriz argentina y un actor colombiano, se llegó a crear un producto que no parece hacerle gala a la fama de buena ficción de la madre patria.

Se trata de una película protagonizada por Cumelén Sanz, que narra la historia de una jovencita hábil que consigue un trabajo en el mundo de la moda para servir a una mujer admirable encarnada por Aitana Sánchez, la emblemática jefa de taller de Galerías Velvet en la serie española del mismo nombre.

Pero el destino lleva a Sofía, la joven pasante, a encontrarse en una disyuntiva. Concibe sin intención un hijo con su novio también inmigrante. El embarazo llega en un momento de oportunidades que ella no desea desaprovechar. Por ello decide no comunicárselo a él.

Por su parte, su jefa, Beatriz lleva años queriendo ser madre sin lograrlo. Entre ella, su abogado y una amiga ginecóloga idean un plan y le proponen un trato a Sofía. Firman un contrato que consiste en que la joven lleve a término el embarazo y entregue el bebé a Beatriz, para que sea anotado como propio. Si bien el acuerdo es ilegal, los papeles cubren a ambas partes y son suscritos rubricando un trato privado.

Lo primero que definen en el acuerdo es la necesidad de que nadie se entere del embarazo de Sofía. Lo logran trasladándola a una vivienda fuera de la ciudad y fingen ante los compañeros de trabajo y la compañía, un viaje a Londres con fines laborales. Mientras tanto, Sofía se retira a la casa de Beatriz que funciona primeramente como un paraíso. Pero no tarda en tornarse un fuerte que la mantiene prisionera.

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Las exigencias que la jefa impone a Sofía respecto a su alimentación y sus hábitos de actividad física fastidian a la joven. Las suspicacias mutuas van minando la relación hasta que explota el conflicto. Lo demás será un cúmulo de lugares comunes de relatos de acción y suspenso muy mal resueltos.

El encanto de las actrices no alcanza a suplir las faltas que tiene el guión. Fran Torres, galardonado en los premios Goya como director de cortometraje, no ha sabido tampoco establecer el efecto necesario para convertir el producto en un espectáculo siquiera aceptable.

En suma, conviene considerar otras propuestas antes que entregarse a la potestad de “La Jefa”, por más promoción que nos llegue.