*Por Gisela Colombo
Entre las adaptaciones de la literatura al cine más ambiciosas, la BBC ofrece una serie llamada “Sanditon”.
Se trata de la novela inconclusa de Jane Austen, la misma que escribía al cursar esos últimos meses de vida, a los 41 años.
“Sanditon” es el nombre de una localidad que se está gestando como alguna vez Bath fue convirtiéndose en un balneario obligado para la clase alta londinense. Tom Parker es el emprendedor que impulsa el desarrollo de la ciudad. Charlotte Heywood es la protagonista. Una chica inexperimentada, a quien el accidente le presenta a las víctimas Tom Parker y su esposa. El matrimonio invita a Charlotte a pasar una temporada en Sanditon. Allí conocerá a Sidney Parker, hermano menor de Tom y un hombre muy bien acogido entre la crema social de Londres. Áspero, orgulloso y soltero admirado, despierta en Charlotte inmediato interés a pesar de su falta de cortesía.
La fórmula se completa con la figura de una anciana que encarna los problemas financieros que tendrá el emprendedor.
En esta segunda temporada existe un corrimiento de la atención de unos personajes a otros. Si en la anterior Tom Parker es una figura desequilibrante y a la vez motor de toda la actividad de Sanditon, aquí reduce su presencia considerablemente. Es que su fraternidad con quien protagoniza la primera temporada, el guapo Sidney Parker, le será arrebatada. Sidney morirá en los primeros tramos de esta segunda temporada.
Charlotte, a quien Sidney Parker le había roto el corazón, debe recuperarse ya no de su desamor sino de la pérdida definitiva. Herida magnificada por la muerte del amado antes de haber sido consumado el amor (Recordemos que él, por las deudas de su hermano Tom, decidió casarse con una mujer rica y resolver las inquietudes económicas de la familia). Charlotte Haywood habrá de estar abocada al duelo y se determinará a emplearse como institutriz en casa de Alexander Colbourn. Allí conocerá al dueño de casa, y logrará alterar el círculo de tristeza y soledad en el que se mueve después de la muerte de su esposa. Su hija pequeña, rebelde y sufriente y su sobrina adolescente serán responsabilidad de Charlotte, su nueva institutriz, desde la llegada de la joven.
Georgiana, que es la heredera de una gran fortuna a quien Charlotte había custodiado por pedido de su tutor (Sidney), gana importancia en los nuevos destinos de la serie. La vemos aplicando una y mil formas de eludir el mandato de encontrar marido. Esto sin dudas aporta cierto alivianamiento de la trama y hasta invita al tono humorístico, por momentos.
El hermano de Tom Parker, Arthur, también será una pieza importante en esta segunda entrega y sumará a los esfuerzos de Tom para afianzar Sanditon como el balneario creciente en las preferencias de la clase acomodada británica.
Como en la oportunidad primera, el guión es excelente considerando la dificultad que genera el tener que reproducir un estilo y una cosmovisión tantas veces frecuentadas por los numerosos lectores de Jane Austen.
El resto de los aspectos: las locaciones, la fotografía, la calidad de los actores y de la dirección, la música, los vestuarios, y cuanto es importante en una serie de época, son impecables.
¿Recomendación? Darle oportunidad a una segunda parte que, a juzgar por ésta, en ocasiones sí puede ser buena…