Por Gisela Colombo.

"El jardinero" es una miniserie española de seis episodios estrenada en Netflix el 11 de abril de 2025. Creada por Miguel Sáez Carral y escrita junto a Isa Sánchez, la serie combina thriller, drama familiar y romance, con una estética cuidada y un tono que oscila entre lo oscuro y lo poético. La serie fue rodada en diversas localizaciones de Galicia, como Pontevedra, Cambados y Vilagarcía de Arousa, así como en Madrid y Toledo. La dirección estuvo a cargo de Mikel Rueda y Rafa Montesinos, y la producción fue realizada por DLO Producciones para Netflix.

La historia gira en torno a Elmer Jurado (Álvaro Rico), un joven que, tras un accidente en su infancia, pierde la capacidad de sentir emociones. Su madre, La China Jurado (Cecilia Suárez), aprovecha esta condición para convertirlo en un asesino a sueldo, utilizando su vivero como fachada para un negocio clandestino de asesinatos por encargo. Todo cambia cuando Elmer recibe el encargo de matar a Violeta (Catalina Sopelana), una maestra jardinera, y por primera vez experimenta el amor, lo que desencadena un conflicto interno y familiar, mientras se desarrolla una investigación policial que acecha sin descanso.

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La ficción es atrapante y el extrañamiento que siente el espectador frente a un enigma como es Elmer suma a la inexorable germinación de esas plantas que se alimentan de la muerte. Es por eso que la ficción es más honda que un thriller normal, porque pone sobre el tapete la naturaleza de las emociones, una psiquis psicópata como la de la madre. Ella le pide a Dios una serie de horrores que el sentido común jamás pondría en la misma frase. Aunque la historia también convoca el accionar de otro personaje de quien aflora, como instinto de supervivencia, la vocación criminal. La respuesta reactiva de un personaje pretendidamente inocente convoca otras valencias del crimen. Algunos críticos sostuvieron que el referente era innegablemente Hitchcock. Es posible. 

Lo que es seguro es que el relato sondea lo que hay de naturaleza inevitable en la pulsión de muerte y retrata la reducción de los hombres y mujeres  al alma vegetativa. Como las enredaderas que crecen por segundos, también los tres personajes principales se alimentan de lo tanático y germinan, exhuberantes  y oscuros. Las criaturas más sofisticadas se convierten en instrumentos para que la naturaleza sin ética ni espíritu tome el control.

Un entretenimiento estético, que aborda el costado más bajo de la condición humana, aunque con un refinamiento y un lirismo que aspiran a lo más alto de la germinación humana y —sin dudas— florecen poesía.