Por Gisela Colombo

Una nueva serie española llegó a la plataforma clásica de streaming. Se trata de “La última noche en Tremor”.

Es una miniserie de ocho capítulos de alrededor de una hora de duración, en los que se desarrolla, como un oleaje, la historia que originalmente fue una novela literaria best seller en 2014. la novela La última noche en Tremore Beach de Mikel Santiago fue adaptada, trasladando la acción a un ficticio pueblo costero del norte de España, filmado en Puerto de Vega, Asturias.

Se estrenó el 25 de octubre de 2024. Fue dirigida por Oriol Paulo, que ya dirigió El inocente y Los renglones torcidos de Dios.

Álex de la Fuente (Javier Rey), un compositor en crisis personal y creativa, se retira a Tremor para encontrar inspiración. Tras ser alcanzado por un rayo durante una tormenta, comienza a experimentar visiones inquietantes sobre sus vecinos y un posible peligro que acecha a sus seres queridos. La serie se mueve de un lado al otro de la línea entre la premonición y la realidad. Lo que resulta de esos forward y flashbacks permanentes es un relato que inicia con la indagación de un problema psicológico, pero poco a poco se va transformando en un thriller psicológico cargado de tensión.

Javier Rey, quien brilló en Hache y en Velvet, con un papel secundario, compone aquí un personaje muy lejano de aquellos dos. Es un ser atormentado por sus visiones que se va descubriendo con un trayecto cuasi freudiano hacia la infancia. Todo ese despertar, mientas faena para detener algo que se muestra como inexorable. Álex de la Fuente se enamora de Judy Garmendia, a quien Ana Polvorosa presta el cuerpo. Sus actuaciones son muy satisfactorias. Pilar Castro como María Vargas, Guillermo Toledo como Leo Bazán también suman a la calidad actoral.

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La música es una protagonista más. La banda sonora, creada por Fernando Velázquez, logra el ambiente sombrío y efectivo del guion, acentuando el misterio y la tensión emocional. Al igual que el paisaje del mar Cantábrico, que es un espectáculo que suma mucho a la estética de la serie. De hecho, todo ocurre en un acantilado en el que se alzan solo dos casas: la del protagonista y la de los vecinos que van ganando relevancia. El aislamiento opresivo no hace más que crecer. Y esa soledad e intemperie se convierte en una nueva edición de la tragedia que lleva a Judy a Tremor. Pero también establece un vínculo directo con la tragedia de Alex cuando era un adolescente.

Es curioso que la geografía resalte una palabra que, para el mundo de la literatura, significa “temor sobrenatural”. Este tema es como un hilo conductor del suspenso que sostiene la obra.

“La última noche en Tremor” es un buen entretenimiento, aunque no tiene la agilidad de las ficciones de acción. Si en ésas priman las persecuciones en las que vuelan puestos de la calle, se despeñan autos y se oyen tiros permanentes, esta tira ofrece una experiencia intensa para los amantes del thriller psicológico, con un ingrediente supranatural que enriquece el argumento. A pesar de algunas críticas sobre cierta lentitud, no deja de ser una buena propuesta.