Por Gisela Colombo
“Aile” —que significa “la familia”— es una serie de origen turco, ofrecida por HBO, actual Max.
Algunos han visto en esta serie una especie de versión de “Los Soprano”, una de las tiras más exitosas que vio la luz a nivel mundial. Y es que hubo largas negociaciones de Ay Yapim, productora turca, con los dueños de los derechos de la serie norteamericana, pero finalmente no se pusieron de acuerdo. Lo cual derivó en que Hakan Bonomo, un guionista turco, relegara a “Los Soprano” a mera inspiración y desarrollara una historia diferente, aunque con ingredientes similares.
Cuenta “Aile” la historia de Aslán, hijo menor de un gángster temible que, a su muerte, debe continuar la administración del patrimonio y los negocios de la familia, pero lo hace con el propósito inicial de limpiar esa actividad delictiva para siempre. Como dicta el lugar común de este tipo de relato, la cuestión no será tan fácil como parece. No obstante, el cimbronazo no ocurre hasta unos años después, en que aparece en su vida Devin, una psicóloga escéptica e independiente.
Su irrupción en la vida del protagonista pone de cabeza también los vínculos entre los miembros de la familia. En rigor, hace eclosionar las tensiones ya existentes.
Como en “Los Soprano”, el elemento disruptivo será la psicóloga. Aunque no tratará al protagonista, sino a su hermano, y se convertirá en la esposa de Aslan. El resto de sus habilidades se verán en el modo de relacionarse con los demás integrantes de la familia. Entonces, ocurrirá un giro en la vida de Aslan pero también en la experiencia de la psicóloga. Diríase que Aslan se “deviniza” y Devin se “aslaniza” como suele ocurrir con estos contactos esencialmente transfomadores.
La serie tiene treinta capítulos y, por el momento, una sola temporada.
El casting es, para quienes conocen el mercado turco, ambicioso. Kivanc Tatlitug, a quien ya hemos visto en varias ficciones de Netflix como Yakamoz, Última llamada para Estambul, El sueño de la mariposa, Feria de Trovadores, Hadi be oglum —“Mi hijo”— y en novelas como Amor Prohibido, Amor en Guerra, Venganza y Amor, que se vieron en Argentina recientemente, entre otras. Y Serenay Serikaya, Devin en Aile, fue la protagonista de Medcezir, telenovela que hizo records de audiencia en nuestra televisión.
Las producciones de ese mercado asociadas con grandes plataformas, suelen tener la calidad necesaria para saltar a la categoría de internacionales. Los detalles de locaciones, vestuarios, fotografía, sonido y otros ingredientes audiovisuales pueden competir internacionalmente sin dificultad.
Pero lo cierto es que, como sucede con otras tantas ficciones taquilleras, de ésta no debe esperarse originalidad. “Aile” es una especie de producto de la prueba y error de muchas otras tiras del género, montada sobre la experiencia de la productora, e incluso de otras productoras que han alimentado los datos de mercado necesarios para que la inversión funcione sin escollos.
Una especie de fórmula que cambia algunos detalles para no cambiar la estructura probada es la resultante en muchos casos. Ésta no es excepción.
No obstante, puede ser atractiva para quienes disfrutan del entretenimiento, la acción y cierta recreación estética. Y no deja de ser un estímulo para que las plataformas globales nos hagan llegar productos de la industria periférica que, en otros tiempos, nos estaba vedada.